La racionalidad no es un privilegio moderno ni occidental, los teóricos de la descolonialidad ¿qué idea de razón tienen?
Nietzsche ya se opuso a la racionalidad moderna. Como señala Mignolo, los postmodernos se oponen a la idea de “totalidad”. Y como todos sabemos, los acólitos de la descolonialidad leyeron todas estas fuentes y sus pupilos se iniciaron en el misterio de la descolonialidad o “de-linking”, con la filosofía occidental.
Cuando uno lee a estos autores autodenominados de la “descolonialidad” como en cualquier grupo de discusión “racional”, no se pueden esgrimir argumentos en contra pues lo que señalan son un grupo de obviedades que han agrupado de un determinado modo (la idea de totalidad, en un sentido occidental, la forma de “irrealidad”, si vale el término, del discurso “modernizador”, etc.) y mesianismos (como el situarse como superación del discurso post-moderno y post-colonial, de lo analítico y lo programático,)
En estas teorías el paradigma esencial de lo occidental es la lógica capitalista.
Es un error suponer que una lógica distinta opera en los sujetos de cada cultura. La manera de ver las cosas y de enfocar los problemas puede ser distinta pero no la lógica. Si fueran distintas las estructuras de nuestro raciocinio nunca se podrían intercambiar ideas, no habría el universal “humanidad”. Cuando se habla de lógicas distintas en realidad se hace referencia a los distintos modos de codificar y decodificar la razón. En ese sentido hay que distinguir la racionalidad lógica de las racionalidades culturales.
Los recientes acontecimientos demuestran que estas teorías lejos de “des-” o “de-”, cualquier cosa que quieran con las racionalidades alternativas, están despertando maravillosamente pero dogmáticamente la imaginación de los feligreses no tan doctos en estos saberes, quienes emplean la idea ignorada, asociada a una que otra idea antropológica o arqueológica, para adaptar mitos pasados a conveniencias presentes de modo muy instrumental. Es decir, un modo de proceder, según sus propios cánones si es que fueran autocríticos, muy occidental.
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