1. Dados los últimos acontecimientos con relación a los indígenas del TIPNIS el gobierno ha despertado una indignación generalizada por el manejo del Estado . Pero muchos grupos, incluida la oposición de “derecha”, ya han lanzado un juicio: “Así se comporta la izquierda”. Como si “la” izquierda en sentido unitario existiese. Como si Evo Morales y el MAS (Movimiento Al Socialismo) fueran de izquierda.
2. La izquierda política es una posición caracterizada por el universalismo, pero dentro de una esquema racionalista, dentro de un sistema político. Obviamente excluye la búsqueda de fines particularistas e irracionales. Ahora bien, que un grupo se autodenomine de izquierda no quiere decir nada más que éste se considera de izquierda, que quiere mostrarse tácticamente como tal, o simplemente que la práctica ha desmontado su ideología y que ha dejado de serlo. La subjetividad no puede aportar más que una referencia. Si el agente político es de izquierda, son sus actos y fines lo que le denuncian como tal. Así, son únicamente los hechos los que pueden afirmar o negar esa condición. Por ejemplo, que terroristas o políticos musulmanes digan ser de izquierda, no los hace ser de izquierda pues el racionalismo de la izquierda es incongruente con un sistema religioso o metafísico, es decir no racionalista, que emplean la política como medio y cuyo fin es erigir una particularidad de individuos o grupos sin apelar al consenso o en clara oposición a la libre opinión.
3. El MAS se pensó como “la” izquierda boliviana, una izquierda excluyente del resto de las izquierdas pues señalan a los que se le oponen como grupos de derecha. Es evidente que muchos partidarios del MAS tienen un “sentimiento” de hombres y mujeres de izquierda, pero lastimosamente la subjetividad, como sugerimos, no tiene nada que ver en este asunto. Lo sintomático es, al contrario, que al perder figuras que persiguen con medios racionales los fines sociales, han abandonado en tropel sus filas. Como Alejandro Almaráz, ex-Viceministro de tierras y reconocido defensor de la causa indígena que, en este momento se encuentra movilizado y asumiendo una posición, éticamente consecuente, de defensa de la causa indígena pero esta vez contra el gobierno de Evo Morales. Seguramente ahora el señor Almaraz es de derecha bajo la lógica del partido gobernante.
4. Resulta claro que si bien no se puede negar que en un momento, al finalizar la Guerra del Gas, Evo Morales y el MAS, ocuparon con mayor nitidez una posición en la izquierda prestigiada por muchos de sus miembros (recordemos a Andrés Soliz Rada), tampoco puede olvidarse que nunca tuvieron fines generales o universales lo suficientemente independientes de lo que los grupos particularistas demandaran (llámense cocaleros, gremios, sindicatos, colonizadores, cooperativistas, comunarios, etc.). Era una izquierda indefinida. Se jugó durante mucho tiempo a encaramar un borroso plan de universalización y hegemonía de un particularismo “heroico”, pero ciego, que se frustró, pues nunca terminó de articular un discurso reconocido como capaz de dirigir las acciones revolucionarias necesarias.
5. Después de los últimos tropiezos con el asunto de los indígenas del Parque Isiboro Sécure la posición pasó de la pelea con el pueblo a la pelea contra el pueblo. Si el MAS esgrimió una izquierda un día, aunque sea indeterminada, de ser indeterminada pasó a no ser nada.
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